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Feb 2022

¿Qué deben saber los médicos que atienden a policías sobre el daño moral?

Daniel M. Blumberg, PhD
AMA J Ethics. 2022;E126-132. doi: 10.1001/amajethics.2022.126.

Abstract

ENG

 

Los policías y los médicos están expuestos a una gran variedad de riesgos morales fuera de las instalaciones. Cuando perciben que un  agente que responde a esos riesgos ha cometido una transgresión moral, son susceptibles de sufrir daño moral. Este artículo analiza situaciones que pueden generar el daño moral y describe los perfiles de síntomas del daño moral en el personal policial, que tienden a ser más diversos que los del personal militar. Este artículo también ofrece recomendaciones a los médicos que trabajan con policías que sufren daños morales y los atienden para identificar los síntomas, recuperarse y posiblemente prevenirlos.

Daño moral en el mantenimiento del orden

Según Litz et al, “Las experiencias que pueden ser perjudiciales a nivel moral, como cometer, no prevenir o ser testigo de actos que transgredan creencias y expectativas morales profundamente arraigadas, pueden ser perjudiciales a largo plazo, emocional, psicológica, conductual, espiritual y socialmente (lo que se denomina daño moral)”.1 Aunque el riesgo de daño moral entre los policías puede no ser significativamente diferente al de los miembros de otras profesiones de  asistencia, el presente trabajo se centra específicamente en las circunstancias a las que se enfrentan los policías, que los vuelven susceptibles a las transgresiones que resultan en el daño moral. Es importante que los médicos que tratan a policías y que aquellos que trabajan en el campo de la medicina táctica comprendan qué es el daño moral, cómo afecta a los policías y cómo  se deriva de otros riesgos morales.

Sorprendentemente, el daño moral en el mantenimiento del orden no ha recibido mucha atención empírica. El término se origina en el trabajo con miembros del servicio militar y veteranos.1 Las situaciones de combate en las que los miembros de las fuerzas participan, están expuestos a la violencia y sufren sus consecuencias, son comúnmente denominadas experiencias potencialmente dañinas para la moral (PMIEs, por sus siglas en inglés). Existe cierta superposición entre el daño moral y trastorno de estrés postraumático (TEPT). Un criterio para el diagnóstico del TEPT es la exposición a la muerte o a la posibilidad de que esta suceda, lesiones graves reales o la posibilidad de ellas o violencia sexual real o la posibilidad de ella.2 En el cuerpo policial, las tasas de incidencia reportadas de TEPT han variado considerablemente, de 3.9 % a entre 7 % y 19 %3,4, las cuales son poco mayores a las tasas prepandemia reportadas entre el público general. En un estudio entre policías, el daño moral predijo el TEPT, así como sus grupos de síntomas.5 Por lo tanto, cada vez que un policía presenta síntomas de TEPT, es de vital importancia también diagnosticar el daño moral (ver Currier et al sobre el tratamiento del TEPT en el ejército6).

En el mantenimiento del orden, sin embargo, las PMIE pueden ocurrir sin que exista violencia real o su posibilidad, al igual que puede ocurrir en la atención médica.7 En consecuencia, el perfil de síntomas de alguien que sufre de daño moral puede diferir del de alguien con TEPT (es decir, el daño moral puede ser consecuencia de una experiencia que no cumple con los criterios de diagnóstico de TEPT del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales 2). Además, sin que exista violencia u otro evento potencialmente traumático, es más difícil identificar las PMIE. La falta de conocimiento acerca de las PMIE y su impacto en la operatividad de los agentes se extiende desde los jefes y supervisores de la policía hasta los profesionales de la salud mental y los propios agentes. El resultado ha sido una falta de intervención temprana después de PMIE que ocurren sin ningún tipo de violencia. Por ejemplo, aunque es común que los policías que participaron en un tiroteo presenten un informe posterior al incidente en el que se pueden plantear preguntas sobre transgresiones morales, otras PMIE que ocurren sin violencia generalmente no reciben tal informe. En cambio, los policías que desarrollan daños morales por una PMIE en la que no hubo violencia pueden experimentar síntomas que ni siquiera están conectados temporalmente con la PMIE.

Tipos de PMIE

Antes de describir los perfiles de los síntomas de los policías que sufren de daño moral, es importante hacer algunas aclaraciones sobre las PMIE para el cuerpo policial. Una mayor concientización acerca de las PMIE mejoraría la intervención temprana con los policías que sufren de daño moral y ayudaría a prevenir la disminución significativa en el rendimiento de los agentes que inevitablemente ocurre cuando el daño moral permanece sin tratar. Además de las PMIE tradicionales, que involucran violencia, los policías se encuentran con una variedad de otras PMIE. La siguiente lista ha sido adaptada de Blumberg et al.8

  1. Los policías pueden sufrir un daño moral cuando se les ordena que realicen acciones de cumplimiento que van en contra de sus valores morales. Por ejemplo, se le podría ordenar a un agente que reubique a personas que no tienen hogar.
  2. Los policías pueden sufrir un daño moral cuando observan el comportamiento de colegas o supervisores de confianza que violan sus creencias morales.
    1. Tal comportamiento podría ser un supervisor que da órdenes que los agentes consideren moralmente incorrectas, lo que podría causar que los agentes pierdan el respeto por el supervisor, quien ahora es visto como menos honesto en términos morales.
    2. El comportamiento visto como moralmente incorrecto puede incluir políticas y procedimientos de la organización, así como acciones del personal de comando de tropa, que no son los supervisores directos de los agentes, lo que podría resultar en que los agentes se desilusionen con la “brújula” moral de su organización.
  3. Los policías pueden sufrir un daño moral cuando hacen algo o dejan de hacer algo que viola sus valores fundamentales, lo cual es independiente de las órdenes de un supervisor.
    1. Tal comportamiento puede cometerse intencionalmente, sin pensar en las reacciones posteriores que podrían sufrirse. Por ejemplo, debido a una respuesta deliberadamente lenta a una llamada de radio, el agente no llega a tiempo a la escena para evitar un resultado trágico. Entre paréntesis, este comportamiento surge de otros riesgos morales del mantenimiento del orden, como la desconexión moral, que puede conducir al comportamiento que lleva al daño moral.
    2. Tal comportamiento también puede resultar inevitable debido a circunstancias fuera del control de los oficiales. Por ejemplo, debido al tráfico pesado, el agente no puede responder a tiempo una llamada para evitar un resultado trágico.
  4. Los policías pueden sufrir daño moral después de un error. Por ejemplo, por elegir la ruta incorrecta, el agente no puede responder a tiempo una llamada para evitar un resultado trágico.
  5. Los policías pueden sufrir daño moral debido a un lapso momentáneo de juicio. Por ejemplo, debido a un accidente de tránsito mientras aceleraba hacia la ubicación de una llamada, el agente no llega a tiempo para evitar un resultado trágico.

Cuando una PMIE se sufre como una transgresión moral, se produce un daño moral. Tal daño hace que los agentes cuestionen el tipo de persona que son o el tipo de persona que es un colega o supervisor de confianza. El daño moral erosiona la confianza en el carácter propio o en el de los demás. Un resultado podría ser un agente en crisis que comienza a cuestionar su propósito y metas, lealtades y relaciones personales.

Perfil sintomático

El daño moral se manifiesta de dos maneras primarias. Los agentes que cometen una transgresión moral, ya sea a través de un acto en sí o una omisión, pueden sufrir sensaciones de culpa, vergüenza, remordimiento y arrepentimiento. Los agentes que sufren una sensación de traición por la transgresión moral de un colega o supervisor de confianza pueden sentir sentimientos de ira, decepción y desilusión. En consecuencia, el tratamiento del daño moral debe centrarse en estas emociones y los síntomas cognitivos, conductuales, sociales y espirituales concomitantes que tales sentimientos engendran. Desafortunadamente, la intervención temprana plantea un desafío, porque los signos de daño moral pueden ser ocultados, ya que algunos agentes eligen sufrir en silencio. Por lo tanto, en lugar de esperar a que los síntomas se vuelvan perjudiciales para el rendimiento de los agentes, es imperativo que éstos, así como los líderes de la policía, aprendan sobre las PMIE e implementen una variedad de medidas preventivas.

Prevenir y minimizar el daño moral

Aunque los policías a menudo se enfrentan a PMIE y pueden sufrir alguna transgresión moral de vez en cuando, existen estrategias que los agentes pueden utilizar para minimizar el impacto del daño moral. Estas estrategias deben ser introducidas en el entrenamiento policial y reforzadas regularmente durante las clases obligatorias de formación permanente de los agentes. También deben ser ejemplos dados por supervisores y compañeros de apoyo. Aunque más allá del alcance del presente artículo, la capacitación y el liderazgo son factores que pueden mitigar el impacto de las PMIE. (Estos factores se describen con considerable profundidad en Blumberg et al.8) Dado el clima actual del mantenimiento del orden, es especialmente importante considerar la creación de un presupuesto para recursos que permitan a los agentes navegar los riesgos morales con más confianza y éxito. Además de esta estrategia para mejorar las relaciones entre las comunidades y la policía, los profesionales de la salud mental que trabajan con policías deberían utilizar las siguientes medidas de prevención.

  1. Mostrar autocompasión equivale a aceptarse más a uno mismo.9 Los agentes capaces de perdonarse a sí mismos por una transgresión tienen menos probabilidades de sufrir consecuencias a largo plazo asociadas con sentimientos de culpa y vergüenza.
  2. Subsanar los daños puede aquietar los sentimientos de culpa. En el mantenimiento del orden, a veces no es posible subsanar los daños directamente debido a procesos judiciales pendientes o a políticas del departamento. No obstante, los agentes pueden donar horas o dinero a una causa relacionada como forma de restituir sus transgresiones. Por ejemplo, si un “resultado trágico” implicó un acto del abuso hacia un niño, el agente podría ofrecerse para ser voluntario o donar a un refugio para niños que han sufrido abusos.
  3. Perdonar a otros puede reducir los sentimientos de ira asociados con un sentimiento de traición. Si fue un colega quien cometió la transgresión moral, el agente podría considerar tener una discusión, expresar sus sentimientos y llegar a una decisión mutuamente aceptable sobre cómo se podrían evitar o prevenir situaciones similares en el futuro. Si fue un supervisor o miembro de mayor rango de la organización quien cometió la transgresión, el agente debe sopesar las posibles consecuencias de informar el comportamiento o discutirlo con el transgresor. Aunque la sensación de traición puede permanecer a pesar de lo que el agente elija hacer, debe encontrar una manera de dejar ir la ira.
  4. La distribución propicia de la culpa va de la mano con la aceptación de la responsabilidad por nuestras propias transgresiones morales. Los policías pueden aprender a repartir la culpa adecuadamente porque muchas PMIE involucran a numerosas personas (por ejemplo, otros agentes en la escena, supervisores, autores de los hechos y civiles). En lugar de pensar irracionalmente, por ejemplo, soy responsable de lo que sucedió, después de reconocer que otros tuvieron un rol en un incidente, un policía puede pensar más racionalmente, nos equivocamos allí. En consecuencia, como señalan Blumberg et al, la intensidad de la “ira, culpa o frustración (de los agentes) disminuirá a emociones más tolerables como la tristeza compartida, el remordimiento grupal o la frustración colectiva”.10

Además, para minimizar los resultados más dañinos, es imperativo que los organismos de mantenimiento del orden concienticen sobre el daño moral. Los policías, como todas las personas, cometen errores, lo cual incluye las transgresiones morales. Las organizaciones con fuertes culturas de bienestar y ética abordarán y normalizarán el daño moral en el mantenimiento del orden durante el reclutamiento y la contratación, la formación académica, de campo y de educación profesional continua, los esfuerzos de supervisión y disciplina y las prácticas promocionales.8 Es esencial que los líderes policiales desestigmaticen el daño moral y proporcionen recursos para abordarlo.

Causas del daño moral

Una discusión sobre el daño moral en el mantenimiento del orden no está completa sin prestar cierta atención a porqué ocurren las transgresiones morales en primer lugar. El daño moral no directamente relacionado con el error humano se entiende mejor en el contexto más amplio de otros riesgos morales de la policía. Estos riesgos morales prevalecen en el mantenimiento del orden de rutina y toman dos caminos convergentes: riesgos que aumentan la probabilidad de que los agentes experimenten angustia emocional y espiritual (p. ej., angustia moral,11 fatiga por compasión,12 y agotamiento emocional13) y riesgos que aumentan la probabilidad de que los agentes participen en una mala conducta (p. ej., desconexión moral,14 compromiso moral,15 licencia moral,16 y la “pendiente resbaladiza”17). (Para ver descripciones detalladas de los riesgos morales, ver Blumberg et al18). Un resultado de la desconexión moral y el agotamiento emocional de los policías es que se vuelven vulnerables a la erosión ética. Si se comprometen sus valores éticos, los agentes son más propensos a cometer transgresiones morales y sufrir daño moral.

Funciones de los médicos

Es especialmente importante que los médicos y otros profesionales de la salud que trabajan en ambientes externos con policías comprendan las complejidades y sutilezas del daño moral en el mantenimiento del orden. Conocer acerca de las PMIE proporciona una comprensión del contexto en el que ocurre el daño moral. Cuando se trabaja con policías durante una PMIE, los médicos pueden desactivar la reacción psicológica de un agente a lo que este percibe como una transgresión moral (y, en algunos casos, el médico puede evitar que ocurra la transgresión). En tales casos, sería útil proporcionar una declaración de apoyo que establezca conocimiento de que el incidente podría haber causado que el agente se cuestione a sí mismo y sugiriera cuán beneficioso podría ser para él/ella comunicarse con un miembro del equipo de apoyo entre pares o del programa de capellanía del departamento. Los médicos deben prestar mucha atención cuando un agente sufre o expresa los siguientes síntomas:

  1. Enojo excesivo o inapropiado, que podría ser una indicación de una traición previa por parte de un colega o supervisor de confianza
  2. Culpa, vergüenza, arrepentimiento u otras experiencias emocionales de daño moral
  3. Comportamiento deshumanizante hacia los demás, lo que transmite desconexión moral y aumenta la probabilidad de una futura transgresión moral
  4. Ansiedad, depresión, desesperanza o impotencia, que podrían conducir a una futura transgresión moral19

Actualmente no se dispone de ningún instrumento para evaluar el daño moral en policías, aunque actualmente uno se encuentra siendo validado (D.M. Blumberg, K. Papazoglou, M. D. Schlosser, datos no publicados, 2021). Cuando los médicos observan estos síntomas, deben considerar iniciar una conversación individual con un miembro del personal de mando para discutir algunas estrategias de intervención.8

Finalmente, durante una PMIE, todos los miembros de un equipo táctico son susceptibles al daño moral. Durante un incidente crítico, cualquier persona es capaz de no cumplir con sus expectativas personales, lo que podría sufrirse como una transgresión moral. Ser consciente de la existencia del daño moral puede mitigar sus resultados más dañinos. Sin embargo, sería un error suponer que con solo tiempo se puede curar el daño moral. Los médicos tácticos deben buscar apoyo para sus experiencias con el daño moral.

 

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Citation

AMA J Ethics. 2022;E126-132.

DOI

10.1001/amajethics.2022.126.

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